AROUSA
Ravella ignora desde el 2012
la orden de medir una
sustancia cancerígena dentro del Concello
Fole se resiste a entregar informes a su propia plantilla pese a reconocer situaciones «muy graves» en materia de seguridad
La situación laboral del Concello de Vilagarcía es un polvorín a punto de estallar. El detonante son los problemas de salud, seguridad e índole psicosocial que existen en varias áreas y los delegados de personal llevan largo tiempo denunciando sin apenas obtener respuestas positivas. La última reunión del Comité de Seguridade e Saúde (CSS), celebrada ayer sin que ni el alcalde, como responsable directo de Personal, ni la presidenta del organismo, la concejala Rocío Llovo, quisiesen facilitar a los representantes de su propia plantilla informes fundamentales en esta materia, sitúa las tensiones internas en Ravella al límite. Es así como ha trascendido, por ejemplo, que el gobierno local ignora desde diciembre del 2012 una orden emitida entonces por Inspección de Trabajo para que midiese, de forma inmediata, los niveles de carbón negro, una sustancia cancerígena, a los que están expuestos varios trabajadores.
Esta es una de las denuncias que los cuatro sindicatos presentes en el comité de empresa y la junta de personal del Concello (UGT, CIG, CC. OO, y CSIF) planteaban en julio de este año. Y que, a la vista de lo ocurrido ayer, permanecen vigentes.
Transcurridos tres meses, los delegados de CC. OO., CSIF y UGT explican que, a la vista de que la intención del grupo de gobierno era celebrar la comisión de ayer «a cegas», esto es, sin documentación, solicitaron que su convocatoria se retrasase dos días para que se les facilitase la información necesaria y tiempo suficiente para analizarla. «A actitude dos membros do equipo de goberno e da técnica de Prevención foi moi belixerante, intentado en todo momento que se celebrase a reunión sen entregarnos documentación», subrayan.
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